el Pegaso Z-102
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El mejor deportivo de los años 50 era español

En los años 50, España tenía algunos de los mejores coches deportivos, superando incluso a Italia, Francia, Alemania y Gran Bretaña.

En los años 50, el título del coche más rápido del mundo no pertenecía a los conocidos fabricantes de vehículos de lujo de hoy en día. Más bien lo ostentaba un modelo de coche relativamente oscuro: el Pegaso Z-102. Producido por el desaparecido fabricante español Pegaso entre 1951 y 1958, la empresa se había labrado previamente una reputación gracias a la producción de autobuses, tractores y camiones.

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A pesar de no ser conocido por producir coches deportivos, el fabricante español Pegaso sorprendió al mundo con su Z-102, un notable coche de lujo durante la década de 1950. El diseñador del coche, Wilfredo Ricart, pretendía competir con Ferrari, lo que llevó a la creación de este extraordinario vehículo de impresionante diseño.

El Pegaso Z-102: la historia de un deportivo construido en la España franquista

el Pegaso Z-102

Wilfredo Ricart, ingeniero, había trabajado anteriormente con Enzo Ferrari para Alfa Romeo antes de la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, regresó a España y fue contratado por Enasa, un fabricante que producía vehículos de lujo en aquella época. Aprovechó esta oportunidad para competir con Ferrari y diseñó el Pegaso Z-102, que recibió su nombre de la criatura mitológica Pegaso.

El desafío de Wilfredo Ricart dio como resultado el desarrollo del coche más rápido del mundo en la década de 1950, que era una maravilla tecnológica capaz de superar los 240 km/h, una velocidad inaudita en aquella época. El coche, bautizado Pegaso Z-102 en honor al mitológico Pegaso, mantuvo este récord durante unos años antes de que otros deportivos más modernos lo sustituyeran a finales de la década de 1950.

El Ferrari español

el Pegaso Z-102

El Pegaso Z-102, apodado el “Ferrari español”, no sólo era un coche rápido, sino también increíblemente lujoso y de bello diseño. Su fabricante pretendía reservarlo para los más adinerados, y su estilo lo ha convertido en un icono memorable. Además, Jacques Saoutchik, uno de los diseñadores de coches más famosos de la época, diseñó su carrocería.

Pegaso probó suerte en el automovilismo con el Z-102, pero el modelo no obtuvo buenos resultados en las competiciones. Sin embargo, el coche no ha caído en el olvido y sigue atrayendo compradores. Algunos coleccionistas incluso lo adquieren en subastas. En 2016, por ejemplo, RM Sotheby’s vendió un Pegaso Z-102 de 1954 por más de 800.000 euros.